Las profesiones se acercan a los estudiantes

Concluido el ciclo escolar, muchos estudiantes deciden dar continuidad a su etapa formativa cursando una carrera o un grado profesional que les permita adquirir unos conocimientos específicos en torno a un área determinado. Es entonces cuando el estudiante pasa a convertirse en protagonista de su propio futuro, al tener que decidir aquello en lo que le gustaría centrar su carrera profesional. Mientras hay quienes tendrían muy claro qué es lo que querrían estudiar, mostrando una clara vocación hacia ello, las dudas invadirían a quienes no sabrían con exactitud a qué les gustaría dedicarse. La distancia todavía existente entre el mercado de trabajo y el sistema educativo influiría en la toma de decisión de los más jóvenes, quienes en muchas ocasiones no contarían con la información pertinente para llevar a cabo esta decisión.

En el marco de la celebración del Día de las Profesiones, que tiene lugar hoy 22 de septiembre, la Unión Interprofesional de la Comunidad de Madrid celebraba en la Plaza de Colón (Madrid) una Jornada de puertas abiertas, dedicada a acercar las profesiones a la ciudadanía y, particularmente, a estudiantes universitarios, de bachillerato o en su última etapa de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Además de las actividades realizadas en cada uno de los stands de los colegios profesionales, durante el día han tenido lugar varias mesas redondas en las que han participado diferentes expertos del ámbito de la Administración Pública, la sociedad civil o los colegios profesionales. Poniendo el foco en la complejidad que rodea al mundo actual, consecuencia de la globalización y la velocidad a la que acontecen los cambios, los expertos reparaban en el valor que ostenta la formación continuada a la hora de hacer frente a los retos que tal situación plantea. “La educación aporta las herramientas para afrontar los retos y poder construir un futuro en libertad”, apuntaba Pilar Ponce Velasco, presidenta del Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid. Incidiendo en esto último, Ponce destacaba como a mayor educación menor sería el riesgo de caer en la pobreza o sufrir enfermedades crónicas y lanzaba un órdago a la formación profesional ante su capacidad para reducir el número de jóvenes en paro, para lo que citaba el caso de Alemania. Así, mientras en el país germano el porcentaje de personas que habrían cursado una formación profesional sería del 54,4% , su tasa de paro juvenil se situaría en el 6%, mientras que, por el contrario, la formación empresarial alcanzaría en España unos niveles mucho más bajos, situándose en el 23% y viéndose reflejado en nuestra tasa de paro juvenil que se situaría en un 37%.

La adquisición y renovación de competencias técnicas se ha consolidado como una cuestión prioritaria en el actual mercado de trabajo, ante esa resiliencia o adaptación al cambio que demandan las empresas de los profesionales. Lejos de ser un aspecto diferenciador, la formación continuada sería una necesidad que, a su vez, habría de complementarse con la adquisición de otras competencias relacionadas con la inteligencia emocional, una cuestión que estaría adquiriendo cada vez más importancia ante la robotización de muchos puestos de trabajo y, por consiguiente, su desaparición.