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El sentimiento de soledad se instaura en la población joven

Soledad no deseada

Como seres sociales que somos, las relaciones personales constituyen una parte importante de la vida de una persona. Más aún en periodos de múltiples cambios como la adolescencia, en los que el sentimiento de pertenencia al grupo adquiere una especial relevancia. Sin embargo, las expectativas de los jóvenes en torno a sus relaciones personales no siempre se verían cumplidas. El 69% de la población española con edades comprendidas entre los 16 y los 29 años se siente o ha sentido sola. Lejos de ser un sentimiento pasajero, la soledad no deseada perdura en el tiempo. Y es que cerca de la mitad de personas que sufren sus consecuencias, llevarían haciéndolo durante los últimos tres años. Las mujeres jóvenes, por su parte, se sentirían más solas que sus coetáneos masculinos.  Así lo revela el estudio “Juventud y soledad no deseada en España”, presentado en la mañana de ayer por la Fundación ONCE, en colaboración con Ayuda en Acción, y que es fruto del trabajo realizado por el Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada. SoledadES.

“No podemos hablar de democracia, justicia social, derechos si no decimos que la soledad es una cuestión política”, apuntaba Sira Rego, ministra de Juventud e Infancia. Rego incidía a su vez, en la necesidad de entender la soledad no deseada como una problemática que requiere de una responsabilidad colectiva en lugar de aportar soluciones individuales que, por el contrario, acrecentarían las desigualdades. El gobierno estaría trabajando en el desarrollo del artículo 48 de la Constitución, tal y como recordaba la ministra, que recoge el compromiso de los poderes públicos en promover la participación de la juventud de manera activa y libre en el desarrollo político, social, económico y cultural.

El estudio también acabaría con ciertos mitos generados en torno a la soledad. Entre ellos, la relación entre el uso de las redes sociales y la aparición de esta problemática. Siguiendo con la investigación realizada, la frecuencia con la que los jóvenes emplearían las redes sociales no influiría tanto a la hora de sentirse solo, como sí el hecho de relacionarse presencialmente. De tal manera que, si bien el tiempo empleado sería muy similar en ambos casos, “las relaciones sociales presenciales son más frecuentes entre jóvenes que no sufren soledad que entre jóvenes que sufren soledad, especialmente las relaciones de amistad”. Respecto a la creencia popularizada de que los jóvenes se sentirían solos con mayor frecuencia en las grandes urbes o pueblos, serían los municipios de tamaño medio (entre 50.000 y 500.000 habitantes) donde más se daría esta realidad.

Recomendaciones frente a la soledad

El estudio haría un recorrido por los factores de riesgo que influirían a la hora de sentirse solo, ser extranjero, sufrir acoso escolar o laboral, pobreza moderada o padecer problemas de salud mental favorecería la aparición de este sentimiento. Para paliar esta situación, desde el Observatorio SoledadES abogarían porque las escuelas contemplen la educación emocional, así como que desde las universidades se lleven a cabo acciones específicas para reducir la soledad no deseada. Del mismo modo, también considerarían prioritario proteger la salud mental de los jóvenes, así como fomentar la participación juvenil, entre otras cuestiones. De esta manera, se plantea que exista una colaboración entre los poderes públicos, el sector privado y la ciudadanía, a fin de que exista un compromiso conjunto y una responsabilidad colectiva.

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