El bajo rendimiento en comprensión lectora centra el debate en la digitalización educativa

La lectura es un placer del que no todo el mundo consigue disfrutar, pese a que cada vez parecerían hacerlo más personas. Los datos extraídos del último «Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España 2022», elaborado por la Federación de Gremios de Editores de España, así lo respaldan. El pasado año un 66,2% de personas (incluyendo también las que solo habían leído cómics) leyeron por ocio, manteniendo la tendencia alcista en la que se encuentra nuestro país desde el año 2020. Sin embargo, cuando se trata de comprensión lectora, los resultados no serían tan halagüeños.

El último informe de evaluación PIRLS (por sus siglas en inglés), que cada cinco años elabora la Asociación para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA), dado a conocer recientemente y elaborado con datos relativos a 2021, muestra la preocupante realidad del alumnado de nuestro país, en lo que a comprensión lectora se refiere. Tomando como referencia la edición anterior, los estudiantes de cuarto de primaria habrían descendido siete puntos en comprensión lectora, el equivalente a un curso escolar, en apenas un lustro. Aunque el caso español sería uno de los más llamativos, la tónica parecería ser la misma en el resto de países evaluados. Tan solo Irlanda, Malta y Noruega se mantendrían al margen de esta dinámica, logrando incluso haber mejorado sus resultados. La cuestión que se plantea ahora es si, además de los estragos que haya podido ocasionar la pandemia, las pantallas tendrían algo que ver en la debacle en la que se encuentra sumida la comprensión lectora.

La introducción de la tecnología en las aulas ha dado lugar a modelos más dinámicos en los que el libro de texto ya no es el único protagonista. Esto ha ocasionado que haya quienes se muestren escépticos con que la digitalización del sistema educativo contribuya, realmente, a garantizar un aprendizaje de calidad. Un debate que se habría visto avivado, tras conocerse el anuncio de la ministra sueca de Educación, Lotta Eldhom, de paralizar la implantación del plan de digitalización en las escuelas. La decisión respondería a los resultados obtenidos en el PIRLS por el país escandinavo que, si bien no serían catastróficos, sí que evidenciarían un cierto retroceso con respecto a los obtenidos en 2016. Suecia habría pasado de un nivel alto a uno intermedio. De esta manera, Eldhom trataría de adelantarse a los posibles efectos adversos que el plan podría tener sobre los estudiantes, postergando su implantación hasta conocer la valoración que la comunidad científica tendría al respecto.

Mejor comprensión lectora menor uso de pantallas

A la postura adoptada por Suecia, se suman otras informaciones extraíbles del propio PIRLS, que revelan como aquellos alumnos que obtendrían un mayor rendimiento en comprensión lectora, serían los que dedican menos de 30 minutos al día a buscar información en dispositivos electrónicos. Por su parte, Irlanda, el país europeo con mejores resultados, mostraría una realidad más concluyente: quienes mejor comprensión lectora tienen son aquellos que no dedican ni un día a tal cuestión. Las evidencias llevarían a adoptar una posición de cautela a la hora de introducir la tecnología en las aulas, a fin de evitar que un uso desproporcionado y el, consiguiente abandono del libro de texto, derive en la merma del aprendizaje de los estudiantes.