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Año Europeo de las Competencias, una apuesta por la formación continua

Año Europeo de las Competencias

La transición ecológica y digital iniciada por Europa para la consecución de una economía más justa, competitiva, sostenible, inclusiva y resiliente, vuelve preciso reforzar la formación y adquisición de capacidades por parte de la ciudadanía, a fin de que los cambios asociados a este proceso se traduzcan en oportunidades. Basándose en los principios primero, cuarto y quinto del pilar europeo de derechos sociales, así como en el apartado primero del artículo 14 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, que contemplan el derecho a una formación y aprendizaje permanente de calidad, se declaraba 2023 Año Europeo de las Competencias. La iniciativa trataría de promover la formación continua a lo largo de la vida, ante la insuficiente inversión llevada a cabo por los Estados miembros en lo que concierne al perfeccionamiento y reciclaje profesional. Ambas cuestiones resultarían especialmente relevantes para combatir la escasez de mano de obra y la creación de un empleo de calidad.

La Agenda de Capacidades Europea marcaría la hoja de ruta a seguir, a través de las doce acciones que la componen, para que la ciudadanía pueda acceder a un aprendizaje permanente. De esta manera, Europa trata de promover la inversión en formación en beneficio de los trabajadores, a la vez que busca que las competencias se ajusten a las demandas de las empresas, además de lograr atraer el talento de terceros países.

El Año Europeo de las Competencias partiría de diferentes iniciativas, ya en marcha, entre las que se encuentran las recomendaciones del Consejo Europeo sobre cuentas de aprendizaje individuales y microcredenciales. En lo que se refiere a estas últimas, Joan Subirats, ministro de Universidades, anunciaba en el mes de junio un plan dotado en más de 50 millones de euros, dirigido a impulsar este tipo de certificados, que ofrecen la posibilidad de adquirir unas competencias concretas de forma rápida y flexible. También se tendrían en cuenta las recomendaciones del Consejo en materia de educación y formación profesional (EFP), que abogan por la modernización de estos sistemas, considerándolos una herramienta que favorece la innovación y el crecimiento, ante su facilidad para adaptarse a las demandas del mercado de trabajo.

Mayor tasa de empleo

Las acciones que se vendrían realizando, estarían a su vez en línea con la Estrategia Europa 2030, que contempla que al menos un 60% de la población adulta participe en actividades formativas anualmente y que la tasa de empleo en adultos entre 20 y 64 años de edad, se sitúe en un 78%. En 2021, esta era del 73,1%. La formación permitirá a su vez avanzar hacia una economía más competitiva, tal y como recoge la Decisión 2023/936 del Parlamento Europeo y del Consejo de 10 de mayo 2023, relativa al Año Europeo de las Competencias.  “Una mano de obra mejor cualificada también significa unos ciudadanos más activos y comprometidos”, apunta el texto publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea. La Decisión pondría especial atención en la pequeña y mediana empresa (pyme), debido a su presencia en el tejido productivo europeo, constituyendo el 99% de este, y la escasa oferta y financiación en materia de formación al que tendría acceso su personal, siendo la puerta de entrada para garantizar un empleo de calidad y proporcionar a las personas las herramientas necesarias para que puedan participar en el desarrollo de la economía y, también, de la sociedad.

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