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Mujeres emprendedoras, un binomio todavía atípico

Mujeres emprendedoras

Emprender es un camino lleno de obstáculos, pero con marcadas diferencias dependiendo de si quien lo realiza es hombre o mujer. Ser emprendedora implicaría derribar muros mucho más altos, que harían que el emprendimiento siga teniendo un cariz marcadamente masculino. A día de hoy, el 80% de los emprendedores de nuestro país serían hombres y tan solo un 18% de las start-ups estarían impulsadas por mujeres. La dificultad para obtener financiación sería una de las razones que se esconderían tras estos porcentajes. En cifras, las emprendedoras tendrían un 60% menos de probabilidades de que sus proyectos sean financiados en comparación con sus homólogos varones. En estas y otras cuestiones reparaba María Gómez del Pozuelo, CEO y cofundadora de Womenalia, durante su intervención en el evento “Mujeres que rompen barreras”, organizado por dicha entidad, Amazon y la Fundación Telefónica, con motivo de la celebración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer (el encuentro tenía lugar en el espacio que la Fundación Telefónica en Madrid).

La escasa representación femenina en el ecosistema emprendedor español, no impediría que las iniciativas lideradas por mujeres sean más exitosas. Según del Pozuelo, las emprendedoras lograrían “que los proyectos sean entre un 14% y un 26% más seguros”. Por el contrario, las mujeres también tendrían más probabilidades de cerrar un negocio que va bien, por asuntos de carácter personal, como pudiera ser el cuidado de familiares. La falta de conciliación ocasionaría que muchas profesionales vean frenada su carrera laboral.

Aludiendo a la necesidad de que las mujeres dejen de ser consideradas sujetos pasivos para convertirse en protagonistas, Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, ponía el foco en la diversidad a la hora de que una empresa sea más rentable y competitiva. En este contexto, Artigas se refería al anteproyecto de Ley de Paridad, aprobado por Consejo de Ministros, en la víspera del Día Internacional de la Mujer. La futura ley contemplaría que ambos sexos tengan al menos una representación del 40% en los consejos de las grandes empresas, en las juntas de gobierno de los Colegios Profesionales o en el propio Consejo de Ministros, a fin de lograr la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. En el plano político, el texto también haría referencia a las listas cremalleras, integradas por candidaturas de ambos sexos ordenadas de forma alternativa. Lograr una mayor representatividad del sexo femenino en los puestos de toma de decisiones, repercutiría indudablemente de forma positiva en las mujeres, a la vez que contribuiría a crear una sociedad más justa para todas las personas que la integran. Es en la diversidad donde Artigas encontraría una forma de progreso y el medio a través del que acabar con los sesgos de género. “El avance de una sola mujer no supone el retroceso de un hombre, sino el avance de toda la sociedad”, apuntaba.

Tomando como referencia, el lema escogido por Naciones Unidas para este año, “Por un mundo digital e inclusivo: innovación y tecnología para la igualdad de género”, la secretaria de Estado e Inteligencia Artificial, también hacía referencia a la importancia de combatir la brecha digital. Para ello, aludía a los resultados extraídos del informe de este año elaborado por el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad, en el que si bien se muestra un avance en las competencias digitales básicas de las mujeres (a tan solo tres puntos porcentuales de los hombres), es en aquellas más avanzadas donde la diferencia sería mayor. Un dato especialmente relevante si se tiene en cuenta que un 90% de las emprendedoras identificaría las herramientas digitales como una cuestión prioritaria a la hora de emprender.

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