Saltear al contenido principal

Sociedades justas e intergeneracionales

Existe un fenómeno en la vejez por el que muchas personas se ven desplazadas del ámbito público y privado, ante la creencia y aceptación por parte de la sociedad de que tal comportamiento estaría justificado por la pérdida de capacidades durante esta etapa. Las iniciativas intergeneracionales tratarían de devolver al colectivo el espacio que le corresponde, permitiéndole ejercer su responsabilidad como sujetos democráticos activos. El aumento de la esperanza de vida habría dado lugar a que cada vez convivan más generaciones en un mismo espacio de tiempo, siendo imprescindible la colaboración y la responsabilidad de todas ellas para la consecución de una sociedad más inclusiva y cohesionada. Promover la relación entre generaciones resultaría fundamental para la consecución de tal fin. No obstante, los prejuicios que seguirían existiendo en torno a la población mayor dificultarían que se lleve a cabo este intercambio cultural entre generaciones. A fin de aportar una visión positiva sobre los beneficios asociados de tejer relaciones entre generaciones, el Centro Internacional de Envejecimiento ha publicado recientemente la Guía para la intergeneracionalidad: Convertir los retos de las sociedades longevas en oportunidades.

Las relaciones inter-etarias se reducirían en muchas ocasiones al ámbito familiar, por ello, las iniciativas intergeneracionales tratarían de crear otros escenarios en los que pueda tener lugar esta interacción entre generaciones. La implicación de todas las personas que integran una comunidad resultaría fundamental a la hora de lograr cambios efectivos. “Los programas y proyectos intergeneracionales conciernen a relaciones entre seres humanos que buscan, de manera intencionada, un beneficio tanto a nivel individual como comunitario. El aprendizaje que se genera a través de los valores compartidos parte de un respeto mutuo hacia las diversidades, busca el entendimiento y la cohesión: en definitiva, un encuentro verdadero y un cambio para la construcción de “algo” valioso y en común”, recoge la guía.

Además de mejorar nuestra percepción sobre la vejez, la intergeneracionalidad sería un mecanismo muy eficiente a la hora de combatir el aislamiento y la soledad. Es aquí donde se pondría en valor un concepto de remarcada importancia como es la interdependencia.  En un sentido más específico, las iniciativas intergeneracionales tratarían de hacer frente al individualismo presente en nuestras sociedades, poniendo en valor la reciprocidad, la responsabilidad y la colaboración. Con ello, se perseguiría reducir la desigualdad, favorecer la inclusión y cohesión social, promover la participación y, por tanto, crear una sociedad más justa con todos los que la habitan. En el caso de las personas mayores, uno de los beneficios que traerían consigo las relaciones intergeneracionales es la promoción de su autonomía e independencia, gracias a ese aprendizaje común y continuo.  “Existe ya el consenso científico de que la longevidad es más feliz y próspera si se basa en la creación de propósitos y en la capacidad, ilimitada en el tiempo, que tenemos los seres humanos para seguir adaptando nuestras pautas conductuales, para formar parte siempre de un presente al que algunos llaman actualidad: para seguir aprendiendo permanentemente”, recoge la guía. Y para ello, es necesario forjar relaciones sólidas entre generaciones, que nos permitan seguir aportando a la sociedad a cualquier edad.

Esta entrada tiene 0 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver arriba