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La realidad se traslada al Metaverso
En el año 2021, Mark Zuckerberg, creador y entonces director ejecutivo de Facebook, anunciaba el cambio de nombre de la compañía por Meta. La decisión adoptada por el empresario estadounidense, mostraba el grado de implicación de una de las empresas tecnológicas más importantes del mundo por el Metaverso, un nuevo ecosistema virtual dispuesto a acabar con las barreras que separan lo físico de lo digital. Aunque el término Metaverso se atribuiría al escritor norteamericano Neal Stephenson, quien lo emplea por primera vez en su novela de ciencia ficción “Snow Crash” (1992), Zuckerberg sería el responsable de haber acrecentado el interés por este mundo virtual convergente con la realidad.
El Metaverso aspiraría a convertirse en una extensión de la realidad alejada de cualquier experiencia virtual que se le asemeje, siendo la antesala de lo que muchos ya consideran la próxima gran revolución tecnológica. Su particularidad residiría en la forma en la que interactuarían los usuarios, quienes contarían con una representación de sí mismos (avatar) en el ciberespacio. Esto permitiría a las personas poder relacionarse con otras, interactuar con objetos digitales e incluso influir en el propio entorno, gracias a la experiencia mejorada que ofrece la web 3.0. La evolución de este espacio tridimensional pretende convertirse en una experiencia inmersiva a todos los niveles, de manera que los usuarios puedan llegar a desempeñar acciones cotidianas como trabajar, estudiar, comprar o sociabilizar, todo ello en un mismo lugar. Además de ser un espacio interactivo y sin límites, el Metaverso también se caracterizaría por su persistencia y su autonomía, lo que le permitiría seguir funcionando con independencia de si el usuario está o no conectado. La descentralización sería otra de las señas de identidad de este espacio comunitario, que busca hacer partícipe a todos los usuarios en su construcción, evitando que esta acción recaiga sobre una única entidad.
La revolución del Metaverso
El interés de Zuckerberg por el Metaverso habría llevado a muchas compañías a tomar posición en esta nueva realidad virtual, dando lugar a inversiones estratosféricas, como la llevada a cabo por la propia Meta, cifrada en más de 15.000 millones de dólares desde que se embarcara en este proyecto. La decisión habría supuesto importantes pérdidas para la empresa, alimentando las teorías de quienes consideran que el interés de Zuckerberg por el Metaverso podría suponer el fin para el gigante tecnológico. No obstante, y aunque cada vez son más los que deciden formar parte de esta nueva realidad, el Metaverso no habría logrado dar el salto que se esperaba, encontrándose todavía en su fase más experimental. Una línea que parece que seguirá manteniéndose este 2023, según estudios como el elaborado por la consultora Global Data, Tech, Media and Telecom Predictions 2023, en el que se apunta a la falta de madurez de la realidad virtual y de la inteligencia artificial como dos de las razones que frenarían el despegue del Metaverso. El presenta año se presentaría como una oportunidad para seguir perfilando un universo que precisa todavía de grandes mejoras para que el deseo por vivir una realidad virtual sea mayor que el de vivir una vida analógica.
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