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A medio camino del futuro prometido de los ODS

Quince años era el plazo que en 2015 la comunidad internacional marcaba para la consecución de un planeta más sano, próspero e inclusivo. La Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) definían la hoja de ruta que debían seguir los países para lograr ese futuro tan deseado, como ambicioso. En el octavo aniversario de su aprobación y habiendo alcanzado el ecuador del periodo establecido para el cumplimiento de tales metas, lejos de ser positiva, la lectura realizada hasta la fecha evidencia el largo camino que aún quedaría por recorrer de aquí, al 2030. El reto ya no solo sería alcanzar tan loables objetivos, como frenar el imparable retroceso que experimentarían algunos de ellos.

A día de hoy, de las 140 metas que compondrían los ODS, más de un tercio habrían sufrido un estancamiento o involución, un 48% avanzarían moderadamente y tan solo un 15% seguirían la senda adecuada. La insuficiencia de las acciones impulsadas, junto a las sucesivas crisis en las que nos encontraríamos inmersos influirían directamente sobre este panorama, a primera vista, tan poco alentador. Entre los grandes retos, se encontraría la reducción de la pobreza extrema (ODS 1), que viviría su momento más álgido de los últimos años, a consecuencia de la pandemia de la COVID-19. La situación habría llevado a que el número de personas que se encuentran en estas condiciones, aumentase por primera vez en una generación. Es más, de mantenerse las tendencias actuales, tan solo un tercio de los países lograría descender a la mitad sus niveles nacionales de pobreza para 2030, mientras que 575 millones de personas seguirán sumidas en ella.

En este punto, y siendo los conflictos armados una de las causas que más contribuirían a que se forje esta realidad donde afloran las desigualdades, un gran reto vendría marcado por el elevado número de desplazamientos forzosos, al que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) cifraba en 108 millones de personas al finalizar 2022. La situación estaría intrínsicamente relacionada con el aumento de las desigualdades, como es el hecho de que el mundo vuelva a los niveles de hambre registrados en 2005 (ODS 2). Todos estos datos se extraen del Informe sobre los ODS 2023: Edición especial, en el que también se haría referencia a la emergencia climática y al aumento de la temperatura global, que ya sería 1,1ºC superior a los niveles preindustriales. De seguir así, en apenas unos años podríamos alcanzar la barrera de los 1,5ºC que la comunidad científica recomienda no superar, si se quiere evitar que nuestro planeta sufra daños irreversibles.

El tiempo transcurre y el temor a no cumplir con los compromisos adquiridos aflora entre quienes defienden la importancia de incrementar los esfuerzos para materializar un futuro, cada vez más presente. No obstante, aún habría cabida para la esperanza si se aúnan esfuerzos entre todos los actores que componen la sociedad.

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