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Los ODS logran calar en las empresas españolas

A tan solo ocho años de alcanzar la fecha establecida por Naciones Unidas para la consecución de un mundo más justo, próspero y sostenible, tal escenario parecería seguir siendo una utopía. La pandemia y conflictos bélicos como la guerra en Ucrania, no solo nos alejarían, sino que nos harían retroceder en el cumplimiento de dicho propósito. Ello se vería reflejado en el grado de ejecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) recogidos por la Agenda 2030 y aprobados por la organización internacional en el año 2015. Siendo esta la hoja de ruta para que gobiernos, empresas, instituciones y la sociedad civil aúnen sus esfuerzos en aras de una sociedad mejor, muchas personas permanecerían ajenas a estos objetivos, herederos de los Objetivos del Milenio. Así lo constatan estudios como el elaborado en el año 2019 por la consultora Ipsos y el Foro Económico Mundial, “Opiniones sobre la implementación y la regulación de los ODS de la ONU”, en el que se indica como pese a que un 80% de la ciudadanía española habría escuchado hablar de los ODS, tan solo un 5% afirmaría sentirse muy familiarizado con los mismos.

Pese al desconocimiento generalizado de la sociedad civil en torno a esta cuestión, las empresas parecerían estar cada vez más concienciadas sobre la importancia de cumplir estas metas. Si en 2018, el 69% de las compañías de nuestro país afirmaba conocer los ODS, tal porcentaje se habría visto incrementado hasta suponer hoy en día un 86%, según el informe “Contribución de las empresas españolas a la Agenda 2030: Resultados de la consulta empresarial sobre desarrollo sostenible”, elaborado por Pacto Mundial. En lo que respecta al grado de ejecución de los objetivos, aproximadamente 9 de cada 10 compañías llevarían a cabo acciones y proyectos relacionados con su cumplimentación. La igualdad de género (ODS 5) y el trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8) serían los ámbitos de actuación en los que más estarían centrando sus acciones las compañías, en contraposición con la implementación de acciones relacionadas con la conservación y utilización sostenible de los océanos, los mares y los recursos marinos (ODS 14) y lograr hambre cero (ODS 2).

La puesta en marcha de iniciativas sostenibles en el plan estratégico de la empresa no solo ayudaría a paliar algunos de los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad, sino que a su vez supondría una garantía para la propia compañía, al repercutir positivamente en su competitividad y reforzar el grado de confianza depositado por parte de las personas destinatarias de sus servicios. En lo referido a esto último, la pandemia habría acrecentado el compromiso de la ciudadanía con el medioambiente, lo que se habría visto traducido en una mayor exigencia a las empresas a la hora de adoptar una postura más responsable en el desempeño de su actividad. Pese a ser conscientes de este requisito, muchas compañías no llegarían a materializar sus políticas de sostenibilidad, tal y como apuntarían desde Pacto Mundial, relegando esta cuestión a un segundo plano y constatando la importancia de impulsar iniciativas que verdaderamente logren posicionar la sostenibilidad en el lugar que se merece.

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