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Hacia una trasformación digital ética y responsable con los datos personales
El entorno digital precisa de un gran compromiso conjunto entre la sociedad civil y las organizaciones públicas y privadas mediante el que salvaguardar los derechos de toda persona física. Las tecnologías emergentes nos ofrecen nuevas formas de vivir, de relacionarnos, de trabajar, dedicando parte de nuestra actividad diaria a una realidad intangible que, si bien nos ofrece una amplia variedad de oportunidades, nos vuelve más proclives a sufrir ciertas vulnerabilidades. Fomentar la educación digital se perfila como una necesidad apremiante, más aún si se tiene en cuenta que un porcentaje superior al 40% de la población española todavía carece de competencias digitales. En esa labor social hacia el desarrollo tecnológico, sin que ello suponga la renuncia de una serie de derechos inalienables a cualquier ser humano, como lo es el derecho a la intimidad, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) presentaba en el día de hoy el «Pacto Digital para la Protección de las Personas», durante la celebración del I Foro de Privacidad, Innovación y Sostenibilidad, con motivo del Día Europeo de la Protección de Datos.
La iniciativa se adhiere a otros proyectos desarrollados recientemente por el organismo público, bajo el paraguas del Plan de Responsabilidad Social 2019-2024, que contaría con un total de 103 compromisos y entre los que se encontraría el tan aclamado Canal Prioritario, orientado a combatir la violencia digital, a través de la retirada de contenido sensible en el menor tiempo posible. “En democracia, en paralelo a un derecho tiene que haber una obligación. Los ciudadanos y las entidades deben saber que no todo vale, que no hay impunidad y que junto hay derecho, hay responsabilidad”, apuntaba durante su intervención en el citado Foro la presidenta del organismo público, Mar España. Una intervención en la que también aprovechaba para destacar el importante papel que desempeñan los medios de comunicación en la lucha contra la violencia en la red, recordando que aquello que “no se conoce no existe”. A fin de fomentar un tratamiento adecuado de la información, el Pacto cuenta con un Decálogo de buenas prácticas en privacidad para medios de comunicación y organizaciones con canales de difusión propios.
Marco ético digital
La sobreexplotación de datos personales se plantea como uno de los principales riesgos derivados de esta digitalización, haciendo necesario que la privacidad sea considerada como un activo empresarial por las organizaciones, algo que se pretendería conseguir a través de esta iniciativa desarrollada por la AEPD. Para ello, es importante que nuestra actividad se encuentre enmarcada bajo los parámetros de una ética digital mediante la que proteger a las personas, gracias a la preservación de sus datos personales. Una cuestión en la que incidía la subdirectora del Observatorio de Bioética y Derecho- Cátedra UNESCO de Bioética de la Universidad de Barcelona, Itziar de Lecuona, quien a su vez recordaba cómo “en la sociedad digital guiada por el dato hemos dejado de ser anónimos para ser identificables”. En suma, la responsabilidad de las organizaciones resultaría ser trascendental, requiriendo de una colaboración público-privada, que permita garantizar una transformación digital, respaldada por un marco ético y comprometida con la protección de los datos personales.
En esa lucha por el control de los datos, los medios de comunicación deben seguir trabajando por que los derechos de las personas se vean cumplidos, proporcionando una información de calidad, regida por dos principios básicos: veracidad e imparcialidad, y a su vez, respetuosa con el derecho a la intimidad de la persona. En definitiva, una información que gracias a la difusión y la perdurabilidad que nos ofrece Internet, pueda ser utilizada para crear una sociedad libremente informada y alejada de cualquier violencia digital.
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