La digitalización lidera actualmente gran parte de las iniciativas del sector público y privado que…
Habilidades digitales y adaptabilidad al cambio en un entorno digitalizado
La adaptabilidad al cambio es hoy en día una de las habilidades más valoradas en el ámbito profesional, siendo a su vez una pieza clave en el desarrollo personal del individuo. En un contexto cambiante como el actual, marcado por el auge de la transformación digital, la adaptación a los nuevos escenarios asociados a este proceso adquiere una especial relevancia, más aún cuando se trata de aprovechar los beneficios que ello conlleva.
Sin embargo, no toda la población se sentiría capacitada para interactuar con un entorno digital. Así lo exponía Cristina Garmendia, presidenta de la Fundación Cotec, durante su participación en el Mobile World Congress de Barcelona (MWC), con motivo de la presentación del estudio “Competencias digitales y colectivos en riesgo de exclusión social en España”, elaborado por Cotec y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). Para ello, Garmendia aludía a los resultados obtenidos por la Fundación en la “Encuesta de la percepción social de la innovación”, recordando como un 40% de la población activa de nuestro país, o lo que es lo mismo, nueve millones de personas, no se sentiría capacitada para trabajar en un mundo digital. “Estamos ante un riesgo cierto de que la digitalización nos conduzca a una ampliación de las brechas que veníamos señalando”, apuntaba la presidenta de la Fundación.
Disponer o no de una serie de habilidades digitales sería uno de los factores más determinantes a la hora de establecer la relación con un entorno cada vez más digitalizado. En el caso de España, el estudio elaborado por Cotec y el IVIE muestra como un 60,2% de la población con edades comprendidas entre los 16 y 74 años contaría al menos con unas competencias digitales básicas. Aunque los resultados se encontrarían acordes a la media europea, nuestro país presentaría ciertas desemejanzas entre unos territorios y otros, existiendo una diferencia de hasta 15 puntos porcentuales entre el 67,4% registrado por la Comunidad de Madrid y el 52,1% anotado por Galicia, la comunidad autónoma con competencias más bajas. La edad, el nivel de estudios o la ocupación serían, según el informe, algunos de los factores que más influirían a la hora de determinar el grado de competencias digitales de una persona. Así pues, el documento muestra como ser mayor de 55 años aumentaría en 23,1 puntos porcentuales (p.p) la probabilidad de tener unas habilidades bajas, mientras que, por ejemplo, contar con estudios superiores incrementaría la probabilidad de desarrollar unas competencias digitales más avanzadas hasta en 36,2 p.p. En cuanto a las diferencias entre la población desempleada y ocupada, esta última tendría una probabilidad de hasta 4,3 p.p de desarrollar competencias digitales más avanzadas.
Formación digital
Mientras la digitalización va transformando paulatinamente nuestra manera de trabajar, de formarnos, de relacionarnos con las administraciones e incluso de sociabilizar con nuestro entorno, Garmendia recordaba como “no tener estas habilidades digitales significa, ni más ni menos, no tener los mismos derechos”. Para evitar que este proceso pueda derivar en nuevas formas de discriminación contra los colectivos más vulnerables, es importantes que los países inviertan en mejorar las capacidades digitales de la ciudadanía, a fin de garantizar una transformación justa mediante la que mejorar la calidad de vida de todas y cada una de las personas que conformamos la sociedad.
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