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¿Es España un país de emprendedores?

A pesar de que el emprendimiento ha sido desde siempre una actividad inherente al ser humano, durante la última década hemos asistido a un aumento de esta tendencia, gracias a los avances sociales y tecnológicos. Sin embargo, pese al innegable aumento de emprendedores, lo cierto es que parte de la sociedad todavía sigue considerándolo una práctica de riesgo debido a, entre otros factores, el temor al fracaso.

Emprender, no solo supone el desarrollo de quien decide poner en marcha su proyecto personal, sino que también genera un impacto positivo en la propia economía. Es por ello, por lo que un número cada vez mayor de países busca adoptar nuevas medidas orientadas a fomentar y proteger la cultura del emprendimiento. Es el caso de España, en donde actualmente los emprendedores se encuentran amparados por la  Ley 14/2013, de 27 de septiembre, de apoyo a los emprendedores y su internacionalización, cuya última actualización fue llevada a cabo el 29 de diciembre del año 2018. La Ley, que surge como consecuencia de la grave situación económica y empresarial en la que se vio inmersa España durante los cuatro años previos a su publicación, plantea la necesidad de adoptar nuevas políticas que impulsen el emprendimiento y la iniciativa empresarial. Una realidad que también se traslada al panorama educativo, instando a desarrollar el espíritu emprendedor de los más jóvenes en sus diferentes etapas académicas.

Actividad emprendedora en España y perfil de los emprendedores españoles

Según lo recogido por el último Informe GEM España (2018-2019), el emprendimiento sigue siendo una actividad estrechamente ligada a la inquietud de los trabajadores por descubrir nuevas oportunidades de negocio, habiendo sido este el  principal  motivo para el 70% de las personas que emprendieron durante 2018. Pese a la elevada cifra, en los últimos años, y como consecuencia de la crisis, el número de emprendedores que han decidido llevar a cabo esta actividad por necesidad se ha incrementado notablemente, registrando su pico más alto en 2014 con un 29,2%. En concreto, los porcentajes se realizan en base a la Tasa de Actividad Emprendedora (TAE) de nuestro país, encargada de recoger todas las iniciativas emprendedoras registradas en el mercado durante los últimos tres años y medio.

El Informe que, proporciona un análisis muy detallado sobre la actividad emprendedora en España, ofrece a su vez una comparativa con otros países de ingresos muy diferentes entre sí. Centrándonos en el caso español, los resultados obtenidos en esta edición revelan la mejora de la iniciativa empresarial en nuestro país, debido en gran parte al impulso del mercado laboral, conforme a lo manifestado por el 48,1% de los expertos entrevistados. Una situación que parece que vaya a seguir manteniéndose, dada la baja tasa de abandono empresarial actualmente registrada, así como el crecimiento del porcentaje de emprendedores potenciales. Por el contrario, la falta de financiación (tanto pública, como privada) sigue siendo el principal obstáculo al que tienen que hacer frente quienes quieren desempeñar su actividad emprendedora, seguido de otros factores como las políticas gubernamentales, según lo apuntado por los expertos.

En cuanto al perfil de los emprendedores españoles, el Informe GEM sitúa en 42,2 años la edad media de las personas que inician su actividad emprendedora, destacando la cuasi paridad entre hombres (53,1%) y mujeres (46,9%), tras haberse reducido la brecha de género durante los últimos años. Por su parte, a pesar de no suponer una diferencia abismal, emprender sigue siendo una actividad mayormente realizada por personas con un nivel de estudios superior o de postgrado, registrando un TEA del 53,2%, frente al 46,7% de aquellos que tenían una educación primaria o secundaria.

Lejos de ser un referente, al menos por el momento, en la cultura del emprendimiento, los resultados ofrecidos por GEM muestran como la cultura emprendedora va calando cada vez con más fuerza en la sociedad española, demandado la necesidad de seguir trabajando en el desarrollo de políticas que, fomenten y favorezcan la iniciativa empresarial.

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