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ChatGPT y la humanización de la tecnología

ChatGPT ha revolucionado los modelos de lenguaje basados en IA

En su film cinematográfico Her (2013), el director Spike Jonze nos hacía partícipes de la historia de amor entre un escritor (Joaquín Phoenix) y un sistema operativo de Inteligencia Artificial (Scarlett Johansson). La humanización de la tecnología sería una de las piezas angulares de este largometraje, en el que también tendría cabida la soledad. Lo que a priori catalogaríamos como ciencia ficción, pronto podría convertirse en la más certera de las realidades. Y es que, aunque todavía vacías, estancas e incluso, en ocasiones, carentes de sentido, las conversaciones con los asistentes de voz tendrían un talante cada vez más próximo y humano.

El pasado mes de noviembre la empresa OpenAI presentaba ChatGPT, un sistema de chat capaz de generar textos utilizando un lenguaje más preciso y cercano que otros programas de corte similar. Redactar un poema, una noticia o un chiste, las opciones que ofrecería el programa serían múltiples y personalizadas en función de las indicaciones del usuario. El interés por esta herramienta le llevaba a cosechar un millón de usuarios en sus primeros cinco días desde su apertura al público. Al contrario de lo que ofrecerían motores de búsqueda como Google, ChatGPT presentaría un producto final al usuario, liberándole de tener que seleccionar aquella respuesta que mejor se adapte a sus necesidades. Su habilidad para responder a las preguntas que se le plantean sería tal que incluso le habría llevado a aprobar, con notable, el examen final de un Master of Business Administration (MBA por sus siglas en inglés) de la Escuela de Negocios de Wharton de la Universidad de Pensilvania. El temor a que la herramienta pueda repercutir negativamente en el aprendizaje de los estudiantes habría llevado al departamento de educación de Nueva York a prohibir su uso a profesores y estudiantes. Por su parte, los docentes acudirían de forma recurrente a los detectores de texto artificial, a fin de reducir el uso de este tipo de herramientas en la elaboración de trabajos académicos. Entre quienes verían más los riesgos que las oportunidades que ofrecería el sistema, estos destacarían la posibilidad de que pueda llegar a convertirse en un altavoz de desinformación y bulos. Un hecho que vendría motivado por el desconocimiento de las fuentes de las que se nutriría ChatGPT para elaborar sus respuestas.

Pensamiento crítico y adaptación al cambio

La irrupción de ChatGPT vuelve a poner de manifiesto el desarrollo del pensamiento crítico como alternativa al avance de la inteligencia artificial, siendo esta una de las principales debilidades que presentaría el sistema. Por ello, los sistemas educativos han de trabajar para que la introducción de la tecnología vaya acompasada de actividades que promuevan la creatividad de los estudiantes. Es decir, el debate no debiera centrarse tanto en si prohibir o no estas herramientas, como sí en la búsqueda de nuevas fórmulas de enseñanza que logren hacer frente a los retos que plantea la IA, sin tener que renunciar a los beneficios que trae consigo. Con todavía muchas mejoras por hacer, ChatGPT es tan solo el comienzo de la revolución que traerán consigo los modelos de lenguaje basados en la Inteligencia Artificial, que harán, más aún, necesario poner en valor nuestras capacidades cognitivas y emocionales.

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