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Aprendizaje emocional frente al empeoramiento de la salud mental

Salud mental

En el más teórico de los sentidos, la salud es el estado en el que un organismo ejerce con normalidad todas sus funciones. La combinación entre la condición física y psíquica sería lo que determinaría si un individuo goza o no de buena salud.  La teoría, sin embargo, diferiría de la práctica al revelar como, por lo general, antepondríamos el cuerpo a la mente.  El aislamiento, la soledad o la pérdida que trajo consigo la pandemia, puso de manifiesto la importancia de cuidar la salud mental y de acabar con el estigma creado en torno a las enfermedades mentales. Pese a los avances alcanzados en su visibilización, el temor al rechazo social y a la pérdida de oportunidades en el ámbito laboral, ocasionaría que muchas personas decidan vivir su enfermedad en silencio, lo que intensificaría su sufrimiento y agravaría el problema. No es de extrañar, pues más de la mitad de las personas diagnosticadas con un trastorno mental manifestaría haberse sentido rechazada o discriminada.

Esa mayor concienciación acerca de la importancia de contar con una buena salud mental, habría llevado a la sociedad a realizar un ejercicio introspectivo para conocer en qué estado se encontraría su mente. Aunque un 60,7% de la población española calificaría su salud mental de buena o muy buena, en el lado opuesto, cuatro de cada diez personas tendrían una percepción negativa sobre la misma. Por su parte, cerca de un 75% de la población creería que la salud de la ciudadanía habría empeorado en los últimos años a consecuencia de las dificultades económicas, la incertidumbre, el estrés diario o la pandemia. Estas serían algunas de las conclusiones que se pueden extraer del informe “La situación de la salud mental en España”, elaborado por la Fundación Mutua Madrileña y la Confederación Salud Mental España. El estudio también proporcionaría información acerca del perfil de las personas que sufrirían un problema de salud mental, situando los 26 años como la edad media de diagnóstico e identificando la ansiedad y la depresión como los trastornos más frecuentes entre las personas que participaron en la encuesta. En lo que respecta a las causas que más influirían en la aparición de un problema de salud mental, quienes lo sufrirían identificarían los contratiempos en el ámbito familiar, así como la propia autoexigencia en el entorno académico o profesional, como los principales desencadenantes.

Bienestar emocional en el ámbito educativo

El alarmante incremento en el número de casos de adolescentes y jóvenes con trastornos mentales y, por consiguiente, el aumento de los intentos de suicidio y de los ingresos hospitalarios, hace que cada vez sea más necesario fomentar la educación emocional. En esta idea residiría la puesta en marcha de iniciativas como el Programa de Bienestar Emocional en el ámbito educativo, que sigue las líneas marcadas por la Estrategia Nacional de Salud Mental. A través de dicho Programa se pretendería, por un lado, implicar a la comunidad educativa en la formación en bienestar emocional y salud mental, así como la prevención y, llegado el caso, definir una correcta forma de proceder ante una situación de riesgo. Aprender a gestionar las emociones contribuiría a alcanzar el bienestar emocional, proporcionando las herramientas necesarias para hacer frente a situaciones adversas.

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