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Autonomía de los mayores en el entorno digital

Digital

La campaña iniciada hace unas semanas por el médico jubilado Carlos San Juan, para poner fin a la exclusión financiera que vivirían las personas mayores, como consecuencia, entre otras cuestiones, del aumento de gestiones bancarias online, ha puesto de manifiesto las dificultades a las que tendría que hacer frente la población de mayor edad ante la digitalización de un número cada vez mayor de servicios. Aunque en los últimos años la cifra de personas de edad avanzada que haría uso de Internet se habría visto incrementada, quedando constatada en la última encuesta sobre Equipamiento y Uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación en los Hogares elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondiente a noviembre del 2021, en la que se revela como un 73,3% de usuarios entre 65 y 74 años habría accedido a Internet en los últimos tres meses, lo cierto es que una parte importante del colectivo seguiría presentando ciertas dificultades a la hora de hacer uso de este tipo de tecnologías.

La falta de familiaridad con estas herramientas se vería traducida en una pérdida de autonomía de la persona al demandar la intervención de terceros para poder realizar ciertas gestiones. Una situación que se daría con bastante frecuencia en el colectivo y que llevaría a la persona afectada a un estado de marginación y dependencia. La asiduidad con la que se darían estas situaciones resulta especialmente preocupante, más aún si se tiene en cuenta que siete de cada diez personas mayores de 65 años asegurarían que su principal problema en la era digital estaría relacionado con la gestión de trámites relacionados con la Administración Pública. La burocracia digital conllevaría a que muchos mayores acaben acudiendo a personas de confianza para poder realizar ciertas acciones cotidianas que se tornarían complejas, evidenciando las consecuencias que la brecha digital tendría sobre la población de mayor edad.  Para revertir esta situación y a fin de hacer partícipe al colectivo en el tránsito hacia un ecosistema digital, desde la Fundación HelpAge, entidad encargada de la defensa de los derechos de las personas mayores, han elaborado una propuesta que recoge las principales líneas sobre las que actuar. De esta manera, la entidad abogaría por fomentar el aprendizaje continuo; promover la autonomía y respetar el derecho a la privacidad; combatir la despoblación rural; romper estereotipos edadistas y fomentar los espacios intergeneracionales.

El desconocimiento en torno al funcionamiento de las TIC sería el principal escollo que encontrarían las personas mayores en el uso de estas herramientas, siendo la formación el camino a seguir para hacer frente a las desigualdades que tal situación plantea. Unido a la falta de conocimiento, se encontraría a su vez el desinterés que muchos mayores experimentarían hacia estas tecnologías, viéndolas como una cuestión que se aleja de su realidad.  Es por ello, por lo que desde la Fundación aludirían a la importancia de implantar programas de digitalización ambiciosos, que doten de ciertas competencias a las personas, más allá de saber navegar por Internet, y que logren que los usuarios se sientan seguros durante su experiencia en la red. Adquirir tal conocimiento permitiría a la persona disponer de una mayor autonomía, siendo un factor clave para que esta pueda “disfrutar plenamente de sus derechos individuales”, apuntan desde la Fundación.

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