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Oportunidades y retos para el profesional senior

En 1859, el científico naturalista Charles Darwin publicaba la que fuera la más importante de sus obras, El origen de las especies, una investigación minuciosa en la que se abordaba la teoría de la evolución y se introducía el principio de la selección natural. Considerada como una de las grandes aportaciones científicas de la historia, el estudio realizado por Darwin centraba su teoría en torno a la supervivencia de las especies como resultado de su adaptación al medio. Hoy, el carácter disruptivo de las tecnologías emergentes nos evoca una vez más esa necesidad de reinventarnos, sorteando las adversidades y adecuándonos a un entorno cada vez más cambiante. Entre todas esas transformaciones a las que estaríamos asistiendo, una de las más evidentes y con mayor repercusión en nuestro día a día, es aquella que discurre en el ámbito laboral y que habría llevado a que la resiliencia o adaptabilidad del trabajador ante este nuevo y tornadizo contexto fuera actualmente una de las cualidades más requeridas por las empresas. Más aún, si se tiene en cuenta que, según un informe elaborado por Adecco, en torno al 14% de las ofertas de empleo difundidas en el año 2018 no existían a comienzos de siglo, y que cerca del 85% de los empleos que se desempeñarán en 2030 ni siquiera existirían en la actualidad, tal y como se aventuraba a predecir en otro estudio la compañía experta en transformación digital, Dell Technologies. La formación se convierte en la moneda de cambio para esta revolución digital que, si bien, estaría acompañada de grandes oportunidades, también traería consigo importantes retos, especialmente entre el tejido productivo de los seniors.

Para Juan Orti, Country Manager CEO de American Express España, la transición entre modelos se vería traducida en una lucha constante de talentos, motivada por una serie de cambios de carácter tecnológico, pero también demográfico. En lo referido a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), la integración de máquinas en el desarrollo de tareas cognitivas dotaría de una mayor complejidad a este proceso revolucionario, en el que debemos aprender a diferenciarnos. “Lo que necesitamos todas las generaciones es cambiar y meternos en una dinámica de recapacitación permanente”, señalaba durante su participación en el I Congreso virtual organizado por la plataforma 60 y muchos+.  En base a lo expuesto durante su intervención, las empresas ya no se centrarían tanto en medir el Coeficiente Intelectual o la Inteligencia Emocional de los candidatos, entrando a formar parte del juego un innovador y persuasivo concepto: la adaptación al cambio. Con respecto al componente demográfico, el incremento de la esperanza de vida conllevará a que en los próximos años asistamos a un mercado laboral cada vez más intergeneracional, dando lugar a ciclos mucho más cortos en los que el aprendizaje constante será un requerimiento básico. Según Orti, preservar esa confluencia entre generaciones supone una cuestión más que prioritaria, ya que, “la diversidad y la inclusión generacional son elementos críticos para que una sociedad sea sostenible, sea moderna y sea el tipo de sociedad que queremos”.

Sin embargo, para alcanzar esa diversidad generacional tan enriquecedora, es necesario comenzar por acabar con la estigmatización a la que todavía siguen exponiéndose los trabajadores seniors. Una cuestión que, según el presidente de Signium, Ignacio Bao, la pandemia habría logrado atenuar al encontrarnos ante un cambio de paradigmas excepcional en el que la geografía, las capacidades generalistas y la edad dejan de importar, dando lugar a un mercado laboral en el que se pasa a tener “una visión muy proactiva en cuanto a la empleabilidad”. En este sentido, Bao ponía el foco en la dificultad a la que muchas empresas se encuentran a la hora de encontrar a un empleado que pueda cubrir un puesto de trabajo específico. Realidad a la que también se refería Juan Orti, quien recordaba los dos millones de empleos que durante el pasado año no se pudieron cubrir de “forma crónica” en la Unión Europea, al no existir gente capacitada para ello.

Unidad intergeneracional frente a la adversidad

Aunque todavía es pronto para conocer cómo afectará la actual coyuntura a la empleabilidad de los profesionales seniors, lo cierto es que el colectivo sigue viéndose expuesto a una continua discriminación por parte de las organizaciones, así como de la sociedad en su conjunto, siendo los baby boomers, los que más sufrirían el desempleo, tal y como apuntaba el director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesoneros. En su compromiso por un entorno laboral más diverso y respetuoso con este colectivo, la Fundación Adecco, en colaboración con la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), ponía en marcha el proyecto CEO por la diversidad, mediante el que se pretende “unir a las empresas en una visión unitaria de diversidad, equidad e inclusión”, a través de la cual, lograr ese entorno más favorable con aquellos trabajadores de mayor edad.

Con respecto al emprendimiento senior, el presidente y fundador de 50Pro, Carlos Molina, alentaba a estos profesionales a emprender, realizando antes “un entrenamiento previo” que les respalde en esa nueva etapa. Al igual que el resto de ponentes, Molina llamaba a la formación y a la colaboración entre generaciones para lograr una mayor probabilidad de éxito durante ese camino hacia el emprendimiento, que todavía genera ciertos temores entre los profesionales españoles. “El mejor emprendimiento viene de una mezcla de personas senior y junior que se respeten mutuamente sus diferencias”, resaltaba. En un mundo en continua evolución, la formación continua es, más que nunca, el clavo ardiente al que debemos aferrarnos.

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